La escuela debe asumir la
responsabilidad de brindar a los integrantes de la Comunidad Educativa los
medios para que paulatinamente alcancen su autonomía. No se tratará de
información sino de formación de la persona racional, consciente, libre,
responsable, con la capacidad de decidir, elegir y querer.
Para que esto sea posible hay que empezar por
los maestros porque sólo un docente sano puede transmitir la idea y concepción
de salud a los alumnos y sus familias.
Los profesores deben vencer su
propia emoción negativa relacionada con la impotencia de la solución
deseada...", es decir, vencer su propio desánimo y desesperanza.
Algunos especialistas en esta materia sostienen,
como medidas efectivas para vencer el estrés, controlar y conocer las emociones
y los sentimientos propios, así como desarrollar una actitud de preocupación
despegada (dedicación sin absorción total).
Otras medidas que señalan son:
- Realzar y fortalecer la consideración social de
los compañeros y colegas de profesión para no sentirse aislado, así como la
valoración positiva de los superiores, tales como inspectores, directores, etc.
- Realizar ejercicio físico adecuado y posible ya
que, además de la mejora del riego sanguíneo, un cuerpo saludable resiste mejor
el estrés.
Sería conveniente trabajar:
- Desde la Prevención, estableciendo un plan preventivo y eficaz,
realizando reconocimientos médicos periódicos, bien por detección sintomática
de cualquier anomalía, o bien, cuando los solicite el personal docente.
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