¿Cuàl de las enfermedades màs comunes afecta màs al docente en su desarrollo profesional?

domingo, 23 de noviembre de 2014

Causas y Sìntomas del edificio enfermo

Causas que se relacionen con el síndrome del edificio enfermo:
a. Entornos cerrados sin ventilación natural.
b. Espacios reducidos.
c. Sistemas de ventilación, calefacción o acondicionador del aire.
d. Materiales y equipos de oficina que producen humos, gases, polvo o campos electromagnéticos.
e. Iluminación fluorescente.
f. Falta de control de los trabajadores y trabajadoras sobre el medio ambiente y las condiciones de trabajo.
g. Estrés: se ha sugerido que ésta puede ser una de las causas fundamentales del síndrome.
h. Presencia de contaminantes como el dióxido de carbono, formaldehído y ozono.

Síntomas del síndrome del edificio enfermo

Las molestias más frecuentes causadas por los edificios enfermos tienen que ver con las vías respiratorias, pero el catálogo de síntomas es muy variado. De hecho, no es extraño padecer varios de ellos a la vez. Las manifestaciones más habituales son:
  • Síntomas nasales: como irritación de la nariz, mucosidad abundante, sequedad nasal, congestión, trastorno del olfato o tos.
  • Molestias oculares: en este caso, los síntomas son la irritación, cansancio, escozor y enrojecimiento ocular.
  • Dolores de garganta: igualmente, en ocasiones origina irritación, sequedad, ronquera, inflamación o enrojecimiento de la garganta.
  • Alteraciones cutáneas: de nuevo, la irritación y los escozores en la piel pueden ser consecuencia del síndrome del edificio enfermo.
  • Otras manifestaciones son dolores de cabeza, náuseas, vértigos, fatiga mental o somnolencia, dificultades para concentrarse y alergias.
Normalmente, al abandonar el edificio en cuestión o al cabo de unos días estos síntomas suelen desaparecer o aminorarse.
Síntomas diversos
Los síntomas más comunes son de tipo respiratorio y sobretodo se manifiesta en forma de rinitis, obstrucción nasal, estornudos, tos, sequedad en la garganta, disnea y rinorrea. Luego están los efectos oculares que causa irritación ocular, picor, falta de lágrimas, etc. Otras personas manifiestan síntomas neuropsicológicos tales como cansancio (quizás el principal símptoma y por esto también el más difícil de caracterizar que sea producido por estar -por ejemplo- sentado en una biblioteca), cefaleas, dificultad de concentración, astenia, etc. Y finalmente, están los picores y afecciones cutáneas. Estas ultimas son las que más tardan en desaparecer cuando se abandona el edificio enfermo.
La medicina de la buena ventilación
La buena ventilación es la mejor medicina para prevenir el desarrollo del SEE, aunque es básico reducir los campos electromagnéticos y evitar el mobiliario con materiales que acumulen electricidad estática. Lamentablemente, muchos edificios modernos no tienen ventana alguna. Los expertos hablan que por encima de una ventilación de 10 litros de aire por segundo y por persona evitan síndrome del edificio enfermo. Pero además de la ventilación está la temperatura y sobretodo la humedad así como una iluminación deficiente (no en cantidad sino en calidad). La buen ventilación también es esencial para limpiar las emisiones de los componentes orgánicos volátiles desprendidos por los materiales sintéticos o los equipos ofimáticos. 
La presencia de transformadores eléctricos (puerta lateral y trampillas en el suelo) en la entrada del edificio de la guarderia infantil que ha causado varios casos de lipoatrofia en sus niños y niñas  (el primer caso que se da en España). 
La salud en los edificios enfermos
El Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) es debido a un conjunto de síntomas diversos que presentan predominantemente las personas que los habitan. En general, estos síntomas desaparecen cuando se abandona el edificio. El estatuto del trabajador reconoce esta enfermedad, especialmente la lipoatrofia como causa de baja laboral. La única solución está en intervenir. Eso es lo que han tenido que hacer edificios emblemáticos en muchas ciudades. Requiere de un la intervención de equipos interdisciplinarios en los que no falten geobiólogos. 
En Barcelona (2007) el SEE atacó a más de doscientos personas que trabajaban en el recién inaugurado edificio de oficinas de de Gas Natural-Fenosa.  En las oficinas de Caprabo de L'Hospitalet de Llobregat, fueron cerca de cuatrocientas personas las que sufrieron la lipoatrofia. En Cataluña existe un protocolo que implica el reconocimiento de la enfermedad como accidente laboral sin derecho a baja ni indemnización económica, pero que obliga a la empresa de realizar exploraciones médicas a las personas afectadas y a investigar y solucionar las causas que provocan la dolencia. En todos los casos se han tenido que hacer importantes adecuaciones en los edificios enfermos. Ahora, por primera vez, incluso en una guardería infantil municipal. El equipamiento fue desalojado preventivamente para proceder a su curación (abril 2013).

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