¿Cuàl de las enfermedades màs comunes afecta màs al docente en su desarrollo profesional?

domingo, 23 de noviembre de 2014

Sìndrome del edificio enfermo


El diseño moderno de edificios con materiales sintéticos y equipos de trabajo contaminantes ha añadido un problema nuevo, el síndrome del edificio enfermo, a los problemas de disconfort de los locales tradicionalmente dedicados a la docencia. Este síndrome se caracteriza por una serie de síntomas que son comunes a otras enfermedades. Lo que lo distingue de las demás es que los síntomas desaparecen cuando se abandona el edificio y que lo normal es que afecte a varias de las personas que allí trabajan. Según la OMS, cuando un 20% al menos de las personas presentan estos síntomas, se ha de considerar que el edificio está “enfermo”. La prevalencia de unos u otros síntomas dependerá del lugar de trabajo.
La jornada laboral docente, sumando el trabajo en la escuela y el que se realiza en la casa más el trabajo doméstico, se hace interminable y los descansos o pausas a tener en cuenta en todo proceso de trabajo son muy escasos y no considerados.
En la actualidad, fuera del horario de trabajo hay que agregar una intensa actividad de capacitación obligatoria y voluntaria, que es relevante para permanecer en el sistema e incrementar el puntaje de méritos para la estabilidad laboral.
La arquitectura de los edificios en la última década ha intentado buscar métodos de construcción cada vez más rápidos y baratos. Los materiales prefabricados y sintéticos se apoderaron de nuestras moradas. Los edificios de vidrio, transparentes, reflectantes, la ventilación artificial, para que en la fachada no hubiera ningún distorsión estética en la superficie de la misma por una ventana abierta, crecieron como setas. Pero mientras estos edificios acristalados se multiplicaban por doquier también aumentaron los casos de personas que habitándolos acababan enfermas. Había nacido el síndrome del edificio enfermo (SEE).
Edificio sin ventilación, con materiales sintéticos afectado por el Síndrome del Edifico Enfermo en Barcelona (abril 2013).
Lógicamente, el edificio enfermo es un síndrome resultado de un cúmulo de circunstancias. Por supuesto, el principal factor es la ventilación artificial en un ambiente en el que predominan los materiales sintéticos en el mobiliario, el suelo, las paredes, el techo, etc. Además también inciden el uso masivo de sistemas de iluminación de fluorescencia muchas veces con balastos baratos que emiten campos magnéticos y no minimizan el tintineo de estos. La presencia de equipos ofimáticos que emiten ozono y otras sustancias así como la aparatosa acumulación de cables de electricidad y de las redes informáticas por doquier, constituyen el cóctel que genera el SEE. En las causas del mismo subyace no sólo una cuestión de tipo conceptual en el buen empleo de materiales y apantallamiento por ejemplo de campos electromagnéticos, sino también criterios estéticos que prevalecen sobre una funcionalidad saludable. 
El SEE se ceba especialmente en los edificios de oficinas, pero también en equipamientos culturales e incluso escuelas. El último de los casos que han estallado en el centro de Barcelona es en una moderna biblioteca que alberga también una guardería infantil. Primero fueron las bibliotecarias en quedar afectadas por la lipoatrofia, luego algunos de los niños de 2 a 5 años de la guardería ubicada en los bajos del edificio enfermo.

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